domingo, junio 18, 2006

Intimidad y Respeto

Qué cabreo me entra cuando la gente demuestra poca sensibilidad o poca vista ante los demás. Estaba preparándome para escribir una optimista y alegre entrada sobre las cosas imprecedibles, manos en teclado, cuando de repente entra una persona de mi familia -no diré quien, al menos quiero respetar su anonimato-, se sienta en mi cama y empieza a hacerme preguntas insidiosas, repelentes y poco relevantes. Ante este ataque, he tratado de mantener mi cara lo más concentrada posible frente al ordenador, para ver si así captaba la indirecta. Pero ¡qué va! Para qué. Vuelta con las mismas preguntas, y encima se atreve a mirar con desdén la pantalla del ordenador.
Finalmente consigue lo que supongo estaría buscando, un exabrupto de mi parte con cara de perro. Lo bueno es que, cuando pasa a la inversa, yo me voy directamente a la mierda, sin más intermediaciones. Si es que ya se sabe, ir al grano es lo mejor. La próxima vez sacaré la espada al ver entrar al intruso invasor de la intimidad, de ese pedacito que a veces tanto cuesta mantener. Suerte que esto cambiará en breve...
...

Sé que el comentario me ha quedado un poco nazi, porque soy consciente de que muchas veces herimos las sensibilidad del prójimo sin darnos cuenta, yo incluída. Pero en serio que esta vez está justificado, porque la repetición de un mismo hecho ya no es un descuido, sino una falta de respeto.

1 comentario:

Cereza dijo...

Precisamente en ese momento "oscuro" he escrito la entrada. El momento ido, sólo quedan las cenizas. Y el cabreo.