domingo, diciembre 24, 2006

Invasión

Es encender la tele y ser ametrallada por un alud de anuncios de juguetes que corren el serio riesgo de producir ataques epilépticos. Con un ritmo frenético, colores brillantes, unas muñecas de una sofisticación impresionante (o espeluznante, depende de como se mire) y una música rabiosa, me quedo hipnotizada delante del televisor y no me atrevo ni a cambiar, el hechizo de "Los Juguetes" ha caído sobre mí.

Un aparato que se conecta a la tele y hace nosequé, una muñeca que tiene todas las funciones escatológicas, incluso se queda embarazada, un bicho espantoso apodado "Furby" que se parece peligrosamente a Chucky... Miedito.

Me acuerdo cuando, tiempo ha, mi hermano cambiaba las cadenas precisamente para enganchar todos los anuncios. No veía pelis, ni programas. Sólo anuncios. Y pobre de ti que se te ocurriera estorbarle o pedirle el mando. Todavía tengo una grieta en la cabeza rememorando el día en el que se le ocurrió pasarme el remoto.
Con la tele no se juega, niños.

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