Tentaciones

Al final los "excesos" me han pasado factura. Una puede levantarse fresca como una rosa, pero ya se sabe lo que pasa con las rosas -a parte de que son muy espinosas, las jodías-: duran más bien poco. A estas horas mi sueño alcanza niveles inestimables, sólo equiparable a mi empanamiento generalizado.

Pero, antes de abandonar este mundo, me gustaría hacer un apunte sobre uno de los mayores sitios de perversión y lujuria... para los bolsillos. Hagan sus apuestas. ¿Será un velódromo? ¿Un hipódromo? ¿O algún otro tipo de dromo? juaaas

Más bien es un zoo. Un parque temático de animales de todas las especies y tipologías. Guiris, mafiosos, chinos, peces gordos, chinos, otros más bien flacos, chinas, quillos con sus respectivas quillas, chinos, puretas, pendejas, iaias, jóvenes, más chinos... vaya, de todo un poco y bastante de algo. Cada uno inmerso en su ambiente y a la vez formando un grupo de lo más heterogéneo.

No siendo una gran fanática de los juegos de azar, me sorprendí poniéndome nerviosa a la espera de qué dichoso numerito señalaba la ruleta. Mil teorías sobre estadística y probabilidad, que me parece que a la práctica no sirven para nada, ya que todo depende de la pura chorra y sobre todo de la manipulación. La banca siempre gana, y de eso no tengo ninguna duda. Aunque se atreve a ponerte el caramelito entre los labios, multiplicando tu fichita de dos euros por tres. Vaya, como transformar agua en vino (si puede ser un Lambrusco rosadito o un buen tinto mejor, jeje), lo cual no deja de ser una enorme tentación.

Supongo que a estas alturas ya sabréis de sobra de lo que hablo. Los ludópatas fijo que sí, jeje

Además ya se sabe, quien no arriesga, no gana ;)