Insomnio
Cuando no puedes dormir...
Cuando no puedes dormir la mente te juega malas pasadas. Cuando no puedes dormir todos tus peores fantasmas, esos que dejas arrinconados en un oscuro lugar del inconsciente, resurgen para nublar tu mente. No hay peor pesadilla que la que uno imagina en la semiinconsciencia.
Una vez has repasado a fondo todos los males posibles, decides pensar en algo "bonito" para no acabar cortándote las venas. Finalmente consigues dormirte, con la cabeza espesa y las sábanas arremolinadas. Esos últimos pensamientos, los "buenos" y los "malos", se funden dando lugar a un sueño-pesadilla difícil de describir coherentemente.
Por la madrugada vuelves a despertarte, con la frente sudorosa, agobiada por ese último sueño que te persigue incluso a la realidad. Compruebas que estás en terreno conocido y del cansancio acumulado te duermes como un tronco.
Bip-bip-bip. ¡No puede ser! Cuando estás en tu mejor sueño, las sábanas están más calientes y por fin, ¡por fin! has encontrado la postura perfecta... ¡te tienes que levantar!
Miras incrédula la luz que entra por la ventana y, con las sábanas todavía marcadas en la mejilla, te dices: "Un nuevo día".
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