La pedantería se retrata a sí misma
¿Os acordáis de Joana Bonet, la que suscribía los textos mencionados en mi anterior entrada? Pues he encontrado unas frases que la retratan como la pedazo de imbécil pedante que ha demostrado ser:
"En la primavera de 2002 la mítica periodista y escritora francesa Françoise Giroud (1916-2003) me recibió en su apartamento del distrito séptimo de París [...] Giroud me abrió la puerta ella misma, no tenía mayordomo. Una gata, Odile, estuvo a punto de boicotear la entrevista saltando a mi alrededor y clavándome su mirada hasta que su propietaria advirtió mi palidez".
Punto uno: ¿no tenía mayordomo? ¿Habráse visto mayor cursilería? Lo bueno es que lo dice para retratar la supuesta humildad de su anfitriona, pero a mis ojos hace un comentario que está desfasado y fuera de lugar.
En segundo lugar, la ironía no es el fuerte de esta mujer. Al menos, no elige el momento adecuado para desplegar sus "ocurrentes" muestras de ingenio literario. El episodio de la gata me revela a la que lo escribe como una pedazo de estúpida: estuvo a punto de boicotear la entrevista ... ¿perdón? ¿la gata? ¿no sería más bien tu poca visión? Entendería algo si la Bonet se manifestara alérgica a los gatos, en lo que en cualquier caso podría comunicárselo amablemente a su anfitriona, y sin necesidad de poner cara de gilipollas.
Me "encanta" y me sorprende que las dos primeras cosas que destaca la periodista de su encuentro con esta renombrada esritora es que no tiene mayordomo y que su gata estuvo a punto de causar una catástrofe por su sola condición de animalito. Más bien era la pobre gata la que tendría que ponerse a recaudo de bichas venenosas como ésta.
Punto uno: ¿no tenía mayordomo? ¿Habráse visto mayor cursilería? Lo bueno es que lo dice para retratar la supuesta humildad de su anfitriona, pero a mis ojos hace un comentario que está desfasado y fuera de lugar.
En segundo lugar, la ironía no es el fuerte de esta mujer. Al menos, no elige el momento adecuado para desplegar sus "ocurrentes" muestras de ingenio literario. El episodio de la gata me revela a la que lo escribe como una pedazo de estúpida: estuvo a punto de boicotear la entrevista ... ¿perdón? ¿la gata? ¿no sería más bien tu poca visión? Entendería algo si la Bonet se manifestara alérgica a los gatos, en lo que en cualquier caso podría comunicárselo amablemente a su anfitriona, y sin necesidad de poner cara de gilipollas.
Me "encanta" y me sorprende que las dos primeras cosas que destaca la periodista de su encuentro con esta renombrada esritora es que no tiene mayordomo y que su gata estuvo a punto de causar una catástrofe por su sola condición de animalito. Más bien era la pobre gata la que tendría que ponerse a recaudo de bichas venenosas como ésta.
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