Al Límite
HIJOS DE PUTA. Eso es lo que son todos los grandísimos hijos de su desgraciada madre que se dedican a arrancar cosas de los coches. Pero es que como me encuentre a uno por la calle voy a ser yo las que les arranque la polla, o lo pertinente, y perdón por mi finura, pero es que una tiene un límite. Límite, por cierto, que ha sido rebasado hace tiempo, cuando me arrancaron el cristal del retrovisor de una patada, cuando me abollaron la matrícula con una jodida bola, cuando me abollaron el coche por la izquierda y por la derecha, cuando me lo rallaron por detrás...
Pero lo peor no es esto. Lo peor es que no puedo hacer nada por remediarlo. Puedo ponerme como una burra, insultar a todos sus muertos, que a ellos se la suda, y encima tienen mi placa como un puñetero trofeo en su puñetera estantería, si es que no viven debajo de un puente.
Lo peor también es que, si por casualidad se me ocurre reponerla, volverán a arrancármela, y esta vez encima me rociarán todo el coche con lejía, como hiceron conmigo el otro día por la calle.
¿Civismo, dicen? Luego dicen que mi tolerancia está bajo mínimos, pero es que no es para menos. No quiero hacer de esto una guerra, porque todos hemos aprendido que nada se saca, pero la mecha que todos llevamos dentro me temo que está encendida. Y la mía está a punto de explotar.
Pero lo peor no es esto. Lo peor es que no puedo hacer nada por remediarlo. Puedo ponerme como una burra, insultar a todos sus muertos, que a ellos se la suda, y encima tienen mi placa como un puñetero trofeo en su puñetera estantería, si es que no viven debajo de un puente.
Lo peor también es que, si por casualidad se me ocurre reponerla, volverán a arrancármela, y esta vez encima me rociarán todo el coche con lejía, como hiceron conmigo el otro día por la calle.
¿Civismo, dicen? Luego dicen que mi tolerancia está bajo mínimos, pero es que no es para menos. No quiero hacer de esto una guerra, porque todos hemos aprendido que nada se saca, pero la mecha que todos llevamos dentro me temo que está encendida. Y la mía está a punto de explotar.
2 comentarios:
Sí, el jueves pasado en el Raval; cerca de El Cangrejo -donde, por cierto, me encontré al actor Alberto San Juan-. La lié tanto que me tuvieron que llevar a rastras, pero es que no es para menos. Me llega a dar a los ojos y me queda ciega, joer, que sólo tengo dos. Acepto agua a secas, y cunado me la merezco (que no era el caso), pero meterle lejía ya es mala leche.
Por lo del coche, tienes razón, es como un hijo, no paras de sufrir jeje
POr eso eres tan blankita cariño...
si te duchas a base de lejía....
Haz como yo...sabes como mantengo este tono tan majo de piel?? Sin ducharme, por supuesto...ya verás como funciona.
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