La cizaña

Me indigno. Me indigno al poner la televisión y ver el resumen de las noticias del día. La mayor parte están encabezadas por la lucha de partidos entre el PP y el PSOE. El foco de atención no ha sido la vivienda, ni la promulgación de una ley que pueda servir para algo al ciudadano, no. La noticia son las delicadezas que se han dedicado mutuamente los dos líderes, por llamarles de alguna manera. Un espectáculo bochornoso. Pero todavía lo es más el tema por el que se supone que mantienen tan abierta discrepancia. Los hijosputa de ETA. Víctimas. Libertad coartada de muchas personas. Y ahí están ellos, repartiéndose lindos adjetivos desde sus comodísimos asientos.

Quizá es este un argumento muy manido, pero no debemos en ningún momento perder de vista el patético circo en el que han convertido la arena política. Visto desde fuera, es igualito igualito a un cómic de Astérix de los que me leía de pequeña. "La cizaña", se llamaba. El malo malísimo, para hacerse con la aldea gala, se dedicaba a sembrar la discordia entre sus habitantes. No le hacía falta pelearse directamente, ellos mismos se emponzoñaban y se arrancaban los ojos.

Desgraciadamente, aquí el "malo" es ETA. Pero no es un malo de cuento. Es una banda compuesta por cobardes de mala sangre que, sin embargo, se benefician de la brecha que separa las facciones políticas. Unos no pueden parar de discutir, los otros no pueden parar de matar. Como alguien no pare, nos vamos todos al garete.