Paga, paga...

Uno de las principales consecuencias de la globalización es la privatización. ¿Buena o mala? Esa valoración depende del papel que asuma cada uno dentro de la sociedad. Pero no negaremos que los niveles de privatización están alcanzando cotas máximas en los últimos años.

Como dice el escritor Eduardo Galeano, al final para respirar habrá que pagar. Hay cánones e impuestos sobre todo, cualquier cosa que se os pueda imaginar tiene un precio.
Las cosas han llegado a tal extremo que incluso se ha dado lugar a la biopiratería. ¿Y qué es esto? Pues sencillamente un impuesto sobre las plantas y los bichitos. Esto significa que la única riqueza de muchos pueblos indígenas de América verán amenazada su subsistencia y modo de vida. Estas gentes, que utilizan las plantas como medicina, placebo y otras muchas aplicaciones, se quedarían totalmente desprotegidos si se liberaliza el comercio con EEUU, ya que la ley norteamericana permite patentar cualquir planta. De hecho, tendrían -o tendrán- que pagar un impuesto por utilizarlas. Aunque las hayan cuidado y cultivado ellos. Terrorífico, ¿no? Cosas de la globalización.