miércoles, mayo 10, 2006

Prototipos

Es difícil ofrecer una imagen de una misma que no esté distorsionada. Por mi entrada anterior, se podría deducir que estoy hecha polvo. O bien que me he inspirado en alguien para escribirlo.

A veces el camino más simple y directo es el acertado. Cuando plasmo estos sentimientos, los arranco de mi interior, lo que significa que, de algún modo, me purifico. Nada más.

Algunas de mis amigas me "acusan" de compartir algunas de las actitudes y características de los tíos (no las físicas, obviamente, jeje). Ser franca, directa y en realidad, no dar más vueltas a una cosa de lo necesario. Hay gente que no estará de acuerdo conmigo, pero se sorprendería si pudiera de verdad indagar mi mente. Es mucho menos compleja de lo que parece.

Pero volvamos a las características propias de los "machos". ¿Es que acaso existe un prototipo de hombre, al cual se le atribuyen una serie de adjetivos? Todos sabemos que no es así, porque siempre encontraremos al típico que se ralla por todo y a la inmutable emocionalmente. Los traumas no son exclusivos de las mujeres, lo que pasa es que los exteriorizan más.
A mi siempre me ha costado sacarlos a flote, y de hecho ahora lo hago porque no os tengo delante, si no, otro gallo cantaría.


En realidad, creo que nadie acapara una cualidad eternamente. El que pasa de todo, tarde o temprano acaba llegando a una etapa en la que todo le afecta más. ¿Por qué? Debido a un sinfín de factores. Personas, ambientes, circunstancias...
El proceso inverso suele ser menos común, para ser sinceros. Quien tiene tendencia a comerse la cabeza le es difícil controlarlo. Pero no hay nada imposible. La fuerza de voluntad puede con todo. Y sobre todo, no perder nunca la confianza en uno mismo.

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