jueves, mayo 04, 2006

The Trip

A veces caemos en un agujero tan hondo que pensamos que nunca más vamos a ver la luz. Sin embargo, un día levantamos la cabeza y parece que el golpe ya no duele tanto. Te apoyas en un hombro cercano y parecer que todo da menos vueltas. Al cabo de una semana empiezas a caminar de nuevo, y cuando menos te lo esperas, ya has iniciado un nuevo camino.

Obviamente, todos acarreamos una mochila en ese viaje, pero hay que saber escoger cuidadosamente lo que llevamos. Es preferible que el equipaje inútil se quede en la estación de servicio. Es inevitable no poder deshacerse de los recuerdos imborrables. Por otro lado, nos sirven para contruirnos como personas y no olvidar lo que fuimos. Al fin y al cabo, qué somos sino un saco de experiencias.

De vez en cuando hay que saber parar, mirar el mapa y decidir hacia dónde nos dirigimos. Otras veces es mejor dejarse llevar por la dictadura del viento.
De vez en cuando hacemos el viaje acompañados. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado a la hora de compartir el peso de la mochila. Se pueden repartir pesos, pero cada uno tiene que ser responsable de su propia carga.

El viaje, corto o largo, siempre es intenso, y hay que saber aprovechar las vistas. Los destinos a corto plazo son siempre mucho más asequibles y satisfactorios. Pasito a paso, se va subiendo la montaña.

Buen viaje

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