Thelma & Louise VII- Good Bye!

Montauban era uno de esos pueblos que habíamos marcado con asterisco en el mapa por su interés . Sin embargo, nos encontramos con una ciudad bastante sucia, caótica y no demasiado bella. Por eso he puesto la foto de las arcadas (arquitectónicas, no de vomitera); el símbolo más bonito que pudimos extraer de esta ciudad.

Uno de mis descubrimientos durante el viaje fue el Perrier, esa agua gaseosa que siempre se bebe con pajita. Parece ser que a los franceses les pirra, y la toman como una alternativa al agua corriente (que suministran gratuitamente en todos los bares y restaurantes. A ver si aprendemos, hombreee).
La hay de varios tipos, de menta, de fresa... ideales para los niños. Y no tan niños jeje

Nuestra última parada fue Narbonne. Con una arquitectura de impresión y canales que atraviesan toda la ciudad, Narbonne es una de esas ciudades que merecen la pena una visita, sin llegar a ser imprescindibles Llegados a este punto, me di cuenta de que el viaje finalizaba , lo que significaba que volvía al trabajo y a todas mis preocupaciones cotidianas... de ahí que me enganchara a las piedras con tamaño frenesíY aquí dejamos nuestro relato. O al menos, de momento. Un saludo y un beso a todos los que hayáis seguido las aventuras de...

¡¡¡Thelma&Louise, las flipadas de la carretera!!!