Son esas cosas...
Una sonrisa,
un abrazo espontáneo,
una caricia al andar,
un beso en la mejilla,
un amor para toda la vida...
una caricia al andar,
un beso en la mejilla,
un amor para toda la vida...
... que no se pueden comprar con dinero. Ni con insistencia. Estas cosas suceden, son, y uno debe saber apreciarlas y disfrutarlas en ese momento, ya que todo pasa. Quizá queda saborearlas en el recuerdo, aunque con el consiguiente peligro de idealización.
Por si todavía no ha quedado claro, CARPE DIEM, y disfrutad de las pequeñas cosas que son las que realmente merecen la pena.
2 comentarios:
Lástima le tengo a quien aún no se haya dado cuenta que las cosas pequeñas son las que realmente merecen la pena.
Besos.
Un besote!
Publicar un comentario