miércoles, febrero 01, 2006

Wonderland

Todos vivimos un poco en otro mundo. El mío en concreto es uno de sueños, fantasía y mucha, mucha imaginación. Quizá por eso soy una fan tan entusiasta de Alicia en El País de las Maravillas, con todas sus versiones y adaptaciones, aunque ninguno mejor que la original, de Lewis Carroll.

Mi intención con este "post" es hacer una especie de homenaje a esta curiosa creación literaria, aunque no creo que vaya a poder describir todo lo que me transmite este cuento que, más que para niños, es para freaks. Reconocer mi "adicción" a Alicia es un poco como desnudarme ante vosotros, porque no es algo que suela confesar en la primera cita, digamos. Pero nosotros ya llevamos unas cuantas en este blog, así que creo que ya ha llegado el momento.

Evitaré hablar del autor de esta gran fábula, L. Carroll, porque más que la persona (bastante polémica y controvertida) me interesa el personaje que creó.

Supongo que todos (los que la conocéis, claro) conoceréis a Alicia por la versión de Walt Disney. Y no es que esté mal, y a pesar de ser bastante moñona, no se puede comparar con los pastelazos de Dumbo o similar. De hecho, fue la película que obtuvo menos recaudación porque el público infantil no acababa de entender los extravagantes matices que salpican esta película (y que para mí la convierten en única).

El libro, mucho más exitoso, tiene una secuela, menos conocida, Alicia a Través del Espejo, mucho más complicada y enrevesada. Las adaptaciones cinematográficas han combinado elementos de las dos novelas (y no siempre con éxito, tristemente). Alicia en el país de las maravillas se convirtió en 1998 en el libro de niños más caro jamás vendido, en concreto por la suma de 1,5 millones. Quizá por esta razón ha sido traducido a tantos idiomas, incluido el esperanto.

Para mí lo mejor son los personajes y la trama que los envuelve, totalmente surrealista e incluso a veces, un poco cabrona (muy suavizada en la versión Disney).

A la vez que es un relato caótico, las situaciones son altamente reconocibles y aplicables a nuestra vida diaria. Por ejemplo, en la merienda del Sombrerero Loco, o la merienda del No Cumpleaños", donde todo es lo que no parece y no es lo que debería ser. ¿Quién no se ha sentido impotente ante situaciones absurdas en las que, o bien:

a) a tu interlocutor/anfitrión/compañer@ le falta un tornillo
b) te falta a ti

(Por cierto, yo creo que cuestionarnos nuestra propia cordura de vez en cuando también es muy sano).

Después está el tema de las galletas. "Una te hará crecer y otra te hará más pequeñaaa..." Diferentes maneras de ver el mundo, dependiendo de con qué óptica lo miras (o de qué cara de la galletas chupas jeje). Me parece una enseñanza muy sabia. Alicia sufre mucho al no poder recuperar su estatura normal. ¿Quién no se ha sentido incómodo o insatisfecho con su situación, como si no acabara de alzanzar la estatura adecuada para sentirse feliz y contento?

Podría continuar, pero mejor paro porque noto que se me está yendo la cabeza... y no me gustaría que apareciera una Reina de Corazones cualquiera para gritar ¡que le corten la cabeza, total, para lo que la usa!

Sólo espero haberos podido transmitir una pizquita de toda esa magia que yo siento al colarme en la madriguera del conejo (no busquéis lecturas subyacentes, por favooor...)

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